
Resistencia al agua de los iPhone: cómo saber si debes protegerlos de la humedad
Con la llegada del verano, recuperamos los días en la playa o la piscina. Días que nos encanta registrar con fotos. Sin embargo, como muchos hemos aprendido (debido a las malas experiencias) la combinación de agua y dispositivos electrónicos no suele dar en absoluto buenos resultados.
Y aunque los nuevos terminales suelen ir acompañados de la frase “resistente al agua”, son pocos los valientes que quieren arriesgarse a comprobar si es verdad. Por eso, ante el menor contacto con el agua, solemos recurrir a trucos caseros como “mantenerlo una noche en arroz”, que pueden dar mejores o peores resultados. De todos modos, en caso de una salpicadura importante y si no tenemos clara la resistencia al agua de nuestro aparato, hay una verdad universal: lo primero que debemos hacer es apagar el teléfono. Y dejarlo así durante varias horas.
Pero más allá de esos primeros auxilios, es cierto que conocer la tolerancia al agua y al polvo de nuestro nuevo móvil es el primer paso para mantenerlo en buenas condiciones. Por eso hoy, en Fonestore, queremos explicaros exactamente en qué consiste esa resistencia en el caso de los iPhone. Que, como ya habréis notado, son nuestros móviles favoritos.
Lo primero que debéis saber es que cada modelo tiene unos certificados IP, que proporciona la Comisión Electrotécnica internacional. En esos certificados, se les da (en una escala del 1 al 9) el grado de resistencia que tienen al polvo y al agua respectivamente. Así que, si encontramos por ejemplo los dígitos IP78, sabremos que el aparato tiene una resistencia de 7 al polvo y de 8 al agua.
Construir esa tolerancia es complicado, ya que la única forma de conseguirlo es hacer que el aparato sea lo más impermeable posible. Y con los conectores externos (como el cargador o los auriculares) es prácticamente imposible que quede totalmente aislado. Por eso, muchos usuarios recurren a las fundas que protegen de la humedad cuando van a disfrutar de planes que involucran el agua. Aunque resultan bastante molestas, por lo que suelen utilizarse únicamente en situaciones puntuales.

Si nos fijamos en los modelos de iPhone más populares del mercado, veremos que hay dos tipos principales de certificado: IP67 y IP68. El IP67 lo tienen los modelos más antiguos (todos los modelos de iPhone 7 y 8, el X y XR y los iPhone SE de segunda generación) mientras que los móviles más modernos tienen una mayor tolerancia a la humedad (XS y todos los modelos de 11 y 12).
Si seguimos específicamente las recomendaciones de Apple, ningún terminal debería sumergirse más de 30 minutos. Lo único que varía es la profundidad permitida, ya que aumenta conforme se actualizan los modelos. En los iPhone 7 y 8 está en 1 metro, los XS y el 11 en 2, los 11 PRO en 4 y el último, el iPhone 12, llega incluso a los 6 metros. Eso sí, Apple nunca garantiza que el móvil cumpla perfectamente esos límites y la garantía no se hace cargo de los daños por líquido. Algo que también se aplica a los daños por salpicaduras de otros líquidos, en los que los componentes puedan dañar al teléfono.
¿Qué te ha parecido? ¿Te hemos quitado un poco el miedo cuando hagas fotos en el mar o en la piscina? Recuerda que si quieres compartir alguna anécdota o dato interesante sobre cómo tu iPhone sobrevivió a un accidente acuático, puedes dejarlo en los comentarios. ¡Te esperamos!